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(PDF) Melipona beecheii Bennett (Hymenoptera: Apidae): origen...
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发布时间:2021-03-26
4 • Insecta MundI 0643, July 2018 Genaro y LóriGaplantas), interesante conducta (abejas sociales, criadas y manejadas en colmenas) y que pertenece al grupo de las “abejas sin aguijón” cuya presencia en la fauna actual de las Antillas es casi nula, pues solo se conoce una especie que habita en Guadalupe, Monserrate y Dominica (Jardine 1859; Camargo y Pedro 2007; Meurgey 2016; M. Ivie, com. pers.). Aunque se sabe de la existencia de meliponinos en la fauna de abejas de la Hispaniola, estos están extintos (Camargo et al. 2000) y no existen de forma natural en ninguna de las Antillas Mayores.La presencia antillana de Melipona beecheii está limitada a Cuba y Jamaica, mientras que en la cercana Yucatán es ampliamente domesticada para la utilización de la cera y la miel, por lo que su registro de forma natural, en dos islas antillanas resulta sospechosa. Michener (1979, 1982), Camargo et al. (1988), y Camargo y Pedro (2007) sugieren que M. beecheii fue llevada del continente a las islas (Jamaica y Cuba) por los aborígenes, teniendo en cuenta los patrones de distribución que tiene la especie, así como la extensa práctica en la cría desarrollada por los mayas. Sin embargo, ninguno de los cronistas, o sea aquellas personas que se dedicaron a publicar sobre la vida y costumbres en las nuevas tierras descubiertas, mencionaron el uso de colmenas por los aborígenes (Colón 1939; Fernández de Oviedo 1950; Casas 1965a,b,c; Pané 1990; Díaz del Castillo 1992). Tampoco los estudios modernos que incluyeron el análisis de la actividad económica o la dieta de los aborígenes que poblaron las Antillas Mayores, mencionaron la presencia de colmenas o la utilización de la miel (Mestre 1925; Álvarez Conde 1956; Guarch 1973, 1978; Marrero 1978; Dacal y Rivero de la Calle 1984; Tabío 1988, 1989; Pichardo 1990; Rouse 1992; Cassá 1995; Robiou 2005; Pérez 2014). El estudio de los patrones de intercambio (de productos o mercancías) no demuestran la existencia de la cría de abejas en el Caribe Insular, a pesar de ser un escenario sumamente dinámico cuyo desa-rrollo cultural se dio en un contexto caótico en lugar de normativo, en el cual interactuaron grupos con diferentes antecedentes culturales y sistemas estructurales en diversos estados de desarrollo, lo que implica el gran mosaico cultural (Rodríguez 2002). La biogeografía del archipiélago antillano es compleja (Liebherr 1988; Woods y Sergile 2001). El poblamiento de esta área por plantas, animales o humanos, ha ocurrido a través de diferentes etapas, proviniendo de diferentes áreas continentales. Los arahuacos fueron poblando las Antillas a través de oleadas migratorias, partiendo desde el nordes-te de Venezuela, desplazándose a lo largo de las Antillas Menores y Mayores, hasta llegar a Cuba. Este grupo étnico posteriormente dio lugar a los tainos, a quienes los españoles encontraron a su arribo. Los arahuacos trajeron consigo la agricultura, con plantas como la yuca, el boniato y posteriormente el maíz, entre otras, y las técnicas para su cultivo (Tabío 1989). Pero, a diferencia de los mayas, que practicaban la cría de abejas, los arahuacos no tuvieron relación con las abejas, por lo que no las introdujeron en las áreas donde se iban asentando. Sin embargo, estos aborígenes ocasionalmente pudieron tener algún tipo de contacto y comercio con los mayas y prueba de ello es una cera (traída de Yucatán) que fue hallada en una casa en Cuba y lle-vada a los reyes de España (Colón 1939), constituyendo el primer producto de México llevado a Europa (Humboldt 1998); también fue hallado otro pan de cera enterrado en la arena, en la costa sur de La Habana, posiblemente caído de alguna canoa maya (Casas 1965c). Las fuertes corrientes marinas impidieron una mayor interacción entre los aborígenes de Yucatán y el extremo occidental de Cuba, a pesar de la cercanía geográca. Esto disminuyó la posibilidad de una inuencia directa de los mayas en las Antillas (Robiou 2005). Es posible que también tuvieran poco interés en el contacto, ya que Cuba estaba poco poblada y sus habitantes tenían una organización social incipiente, con poco que ofrecer para el intercambio. En cierta ocasión, los conquistadores españoles res-cataron a una aborigen jamaiquina que había sido arrojada sobre la costa yucateca con varios hombres, cuando la canoa fue arrastrada por la corriente; los mayas sacricaron a los hombres y le permitieron vivir a la arahuaca (Marrero 1978; Díaz del Castillo 1992).Schwarz (1948) reere que Colón llevó miel a España después de su primer viaje de descubrimiento y que esta miel debería ser de Melipona beecheii proveniente de Cuba, la cual ya estaba presente en la isla. Posiblemente este autor (recordemos que los textos originales de los cronistas aparecen en castellano y que este autor es de habla inglesa) confundió la noticia de la cera, referida anteriormente, con la miel. No hemos encontrado constancia alguna que reera el uso de miel de abejas en las comunidades aborí-genes, ni que hayan practicado la cría de abejas. Se conocen listas de abastecimientos básicos pedidos
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发布于 : 2021-03-26
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